Proyecto Puentes fue una agrupación de dramaturgos, directores y actores. Su objetivo esencial era poner en marcha, desarrollar y sostener un proceso que profundice la comunicación entre las cuatro partes esenciales del teatro -autor, director, actor y público-, en el cual la producción de obras breves es el puente para dicho diálogo. La mecánica de trabajo ha ido variando en sus formas prácticas a lo largo de cinco años, pero ha conservado su espíritu esencial: crear, desde cero, obras de teatro que involucren en su proceso y su producto el diálogo constante - en el que hay consensos y disensos- con el objetivo de integrar a todas las partes y aprender. Creemos haber logrado esquivar dos de los esquemas habituales de trabajo:
1) El tradicional, donde un autor escribe un texto que el director lee, acepta y pone en escena según sus propios criterios ,
y 2) la llamada creación colectiva, que casi siempre adolece de graves fallas dramatúrgicas por no contar con el oficio de un autor teatral.


integraron proyecto puentes


dramaturgos

ariel barchilon - laura cotona - cristin amerelli - fedeico penelas - hugo men - susana torres molina - rodrigo amuchastegui -


directores

javier echaniz - pablo ponce - rony keselman - manuel gaspar - guillermo ghio - florencia bendersky - vita escardó - alejandro giles - marcelo mangone

Proyecto Puentes 2003 - Sospechosa acción de una muñeca - Teatro Espacio K


de
hugo men
lorena hourquebie
malenka
yanina da rocha branca
hugo men
milvia pacheco salvatierra
camila mac lennan
esenografía
judith salazar
fotografía
vanina hofman
asistente de arte
daniela semino
asistente de dirección
andrea villamayor
dirección
marcelo mangone


Proyecto Puentes 2002 - Los Ángeles se alimentan de pájaros - Teatro del Abasto


de cristina merelli
noelia castillo
giulieta espinosa
reina malinow
patricia perrone
arnaldo pipke
diseño de escenografía y vestuario
valeria junquera
asesoramiento musical
juan pablo nevani
asistencia de dirección
paula galimany
dirección
marcelo mangone

Deconstrucciones
Porque rompes mis textos??, bramó Merelli. No lo sé, una pulsión contesté. Ella se dejó llevar por el juego y confió en mí. Debo agradecerle infinitamente que me haya permitido jugar con sus textos como verdaderos materiales arcillosos y nobles que se adecuaban a los cuerpos y a las situaciones con gran facilidad.
Tenía una potente necesidad de desordenar el caos poético que salía de los textos de Cristina motivada por la tarea de los actores. La pasión movía al grupo para trabajar en un desorden creativo que proponía un desafío a mi capacidad de ordenar, de conducir objetivamente, sin dejarme impregnar por la emoción.
No pude , no pude realmente, las imágenes que generaban los actores en los juegos eran realmente poderosas y me pedían de alguna manera quedar grabadas en mi retina.
La convocatoria fue inusual, no sabíamos qué ni cómo, solo queríamos trabajar con cuerpos expresivos y que posean una belleza distanciada de los códigos fijados por el mercado. Alejado de la situación, creo que elegimos bien, la frescura , la vitalidad del grupo en donde para casi todos era su primera experiencia escénica le agregó un plus a la tarea.
Luego del primer mes de trabajo decidimos proponer como concepto de búsqueda el armado de instalaciones teatrales. Cada actor trajo su propuesta, que naturalmente, estaba afectada por la tarea previa, por los movimientos, por los textos en movimiento. Nos encontramos, luego de esta seguidilla de cinco instalaciones , ante un material puro creativo de gran fertilidad, potencialidad expresiva y relato. Comenzó la construcción escénica y con ella la deconstrucción del texto. Las imágenes predominaban con mucha potencia y debía encontrar una forma de ordenarlas, contenerlas, enmarcarlas en un formato que permitiera su legibilidad.
Cristina avanzó con el texto en tres días. Apareció una tarde, dijo, tengo la obra. Nos reunimos en círculo. Escuchamos con atención y lágrimas en los ojos el texto. Nos contenía, era una síntesis precisa de la tarea realizada en casi tres meses de búsqueda. Una vez terminada la lectura y luego de los aplausos , besos y demás, Merelli me entregó el texto y me dijo, arreglate Mangone. Hice lo que pude, con la entrega total de cada uno de los actores.Nos divertimos todos, cada ensayo realmente era una fiesta y deseábamos llegar a los ensayos , tanto como nos pasó con cada función. Era una fiesta.
Creo que logramos fusionar lo mejor de cada uno de nosotros, permitirnos jugar y emocionarnos respetando el rol que cada uno ocupaba en el grupo. Recordaré siempre esta experiencia de trabajo, en donde pude tomarme muchos permisos gracias a la calidad de los actores, la ductilidad de los textos de Cristina y mi necesidad de indagar en lo que creo es mi mayor obsesión hoy día, la imagen en el teatro debe estar atada a la fuerza que emana del movimiento del texto.

VIÑETAS - Proyecto Puentes 2001- Teatro del Pueblo

de laura coton
con
alejandro dufau
adriana ferrer
marigela ginard
walter san pedro
ricardo sica
escenografía y vestuario
viviana martinez
realización
darío arce
asistencia
ivana duarte
dirección
marcelo mangone


El juego como creador absoluto. La libertad.
Cuando fui convocado a participar de Proyecto Puentes sentí cierto temor, tamizado por una gran curiosidad de indagar en mi , como director, sobre mi capacidad de dialogar, de escuchar, de compartir espacios de reflexión y aprendizaje.
Me aventuré dejándome impregnar por lo que me rodeaba, tratando de ponerme como meta primaria, absorber todos los estímulos posibles que devenían de las primeras reuniones grupales entre directores y dramaturgos.
En el sorteo me tocó con Laura Coton, persona ,hasta ese momento, desconocida para mí.
En nuestro primer encuentro diseñamos una pequeña estrategia inicial, la convocatoria a actores. Laura aceptó que fueran todos conocidos míos ( me daba cierta seguridad ), y convocamos a dos hombres y dos mujeres, allí comenzó la tarea verdadera, el juego, el papel en blanco, el trabajo en escena, la apertura de propuestas.
Los primeros relatos escénicos nos llevaron a navegar por la infancia de pantalones cortos y medias tres cuartos. Alejado de la experiencia considero que ese ordenador inicial fue un punto de partida sólida para construir el relato dramático – escénico en el cual se transformaría Viñetas, su estructura, sus colores.
Apareció la escuela como espacio metafórico, la escuela país, el deterioro, el juego de las instituciones, el encierro, todo desde el humor, desde el absurdo.
El himno a la bandera fue un descubrimiento lúdico motivacional para el grupo, nos unía antes de cada ensayo, y con el himno aparecieron los colores, la patria devastada, y la comedia de esta tragedia cotidiana que vivimos los argentinos desde las sólidas composiciones de Alejandro Dufau como el preceptor ( poder desgastado pero imperante ) , la alumna devenida en política mediática de Marigela Ginard, otra alumna de clase media deteriorada desde lo económico hasta lo intelectual la psicóloga de animales que compuso Adriana Ferrer, y Osvaldo, el hombre común, con el único y válido deseo de ser reconocido, de tener identidad, y nombres, nombres, muchos nombres no recordados ausentes en presencia que resonaban dentro mío como los tambores de la memoria argentina que padece de levedad crónica.
La historia se fue gestando paso a paso, sin darnos cuenta, apareció la obra dramática casi en conjunción con la escritura del espacio. Solo nos quedaba seguir divirtiéndonos en las funciones.
Como director no podría especificar con claridad los formatos que utilicé para acercarme a este resultado, solo procuré escuchar , ordenar la energía que emanaba del grupo y focalizar estéticamente el trabajo.